La recuperación de filmes como Markens Grøde (La bendición de la tierra, 1921) suponen una oportunidad no solo de descubrir la obra en si misma si no también todo lo que la rodea. Al igual que la novela homónima de 1917 del autor noruego Knut Hamsun que traslada, obra definitiva para su consecución del premio Nobel en 1920, sirve como testigo del periplo de Isaak, un pionero alérgico a la civilización que decide asentarse en un marginado páramo. Protagonista que comparte con el autor del libro cierta fobia social y épica del individualismo. Un halo de precursión que se traslada también al director y guionista de la película, el actor participante, Gunnar Sommerfeldt, quien elabora el proyecto casi como un esfuerzo personal, una metacaractéristica en la obra de fundadores cinematográficos como Griffith, aunque a pesar de su visión vanguardista no se encuentre a la altura del americano.
Cierto es que se adivinan momentos de intuición del actual lenguaje pero la obra adolece de una precariedad general, algo que se hace palpable, por ejemplo en su escenografía, al tratar de plasmar el nacimiento de un núcleo urbano, o en los momentos en que la acción se deslocaliza del escenario principal. Igualmente supone una aproximación bastante plana a ciertos aspectos del texto aunque si conserva esa descripción de la naturaleza no bucólica, imprevisible, no desprovista del factor del trabajo duro, algo que incluso puede verse incrementado por la rudimentaria exposición de situaciones y personajes. Una rudeza formal que, a pesar de jugar a favor como textura ambiental, inunda todo el relato y desdibuja esa "naturaleza salvaje" como reflejo mediático de la personalidad inesperada de sus protagonistas.
Aun con todos su vicios, como indicábamos anteriormente, sí supone una buena oportunidad para acercarse a la obra que lo inspira y a la figura de su autor, el controvertido Knut Hamsun, quizá el más famoso escritor noruego, desacreditado posteriormente en su vejez por apoyar el nazismo y al régimen colaboracionista pangermánico que se estableció en Noruega, liderado por Vidkun Quisling y su Nasjional Samling, pasaje retratado en Hamsun (Hamsun, 1996) de Jan Troell. Curiosamente este estreno coincide con la edición en español de sus "Textos para la infamia", escritos en los que apoya al Fhürer y su campaña de unificación europea y da rienda suelta a su anglofobia, los mismos que sirvieron como prueba para que un tribunal le desposeyera y declarara enajenado.
Publicado en Cinecritico
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